HOGARES DE ESPERANZA
"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro" Hebreos 4:16
♦️Si hubo tiempo en el que cada casa debiera ser un lugar de oración, es ahora. Predomina la incredulidad y el escepticismo. Abunda la inmoralidad. La corrupción penetra hasta el fondo del alma y la rebelión contra Dios se manifiesta en la vida de los hombres.
♦️Cautivas del pecado, las fuerzas morales quedan sometidas a fuerzas enemigas. Juguete de sus tentaciones, el hombre va donde lo lleva el jefe de la rebelión, a menos que un brazo poderoso lo socorra: la diestra Poderosa de Jesús. En esta época tan peligrosa, es doblemente importante que todo cristianos celebre [realice] su culto de familia.
♦️Corremos el riesgo de no honrar a Dios en casa, ni enseñar a los niños a amarlo y temerlo [respetarlo]. Muchos nos alejamos a tal punto de Dios que nos sentimos reprobados cuando nos presentamos en él.
¿Podemos decir hoy, por una experiencia propia, que podemos allegarnos confiadamente al trono de la gracia? [Hebreos 4:16]
*¡Esperemos que Sí!*
"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro" Hebreos 4:16
♦️Si hubo tiempo en el que cada casa debiera ser un lugar de oración, es ahora. Predomina la incredulidad y el escepticismo. Abunda la inmoralidad. La corrupción penetra hasta el fondo del alma y la rebelión contra Dios se manifiesta en la vida de los hombres.
♦️Cautivas del pecado, las fuerzas morales quedan sometidas a fuerzas enemigas. Juguete de sus tentaciones, el hombre va donde lo lleva el jefe de la rebelión, a menos que un brazo poderoso lo socorra: la diestra Poderosa de Jesús. En esta época tan peligrosa, es doblemente importante que todo cristianos celebre [realice] su culto de familia.
♦️Corremos el riesgo de no honrar a Dios en casa, ni enseñar a los niños a amarlo y temerlo [respetarlo]. Muchos nos alejamos a tal punto de Dios que nos sentimos reprobados cuando nos presentamos en él.
¿Podemos decir hoy, por una experiencia propia, que podemos allegarnos confiadamente al trono de la gracia? [Hebreos 4:16]
*¡Esperemos que Sí!*